domingo, 10 de agosto de 2008

meditacion budista y neurociencia

Meditación budista y neurociencia:

Tomando como punto de partida el artículo titulado

Cerebro budista, publicado ayer en El Mundo, he

buscado información en la red acerca de las

investigaciones que los científicos han venido

realizando sobre la forma en que la meditación

practicada por los monjes budistas puede alterar la

mente humana. No estoy capacitado para pronunciarme

sobre la seriedad y el alcance de todo esto. Me parece

algo curioso y me limito a cortar y pegar lo que he

encontrado.

Cerebro budista

Por América Valenzuela El Mundo (15/01/05)

La meditación y la disciplina mental pueden cambiar el

modo de trabajar del cerebro. A los monjes budistas la

meditación les permite alcanzar niveles de consciencia

inusuales gracias a la creación de conexiones

neuronales que no existen en los individuos que no

suelen realizan prácticas contemplativas.

Así lo han comprobado los investigadores de la

Universidad de Wisconsin-Madison (EE UU) que desde

1992 llevan a cabo un estudio en colaboración con el

actual Dalai Lama y otros monjes budistas muy

experimentados en el arte de la meditación.

Los últimos resultados de este estudio, liderado por

los neurocientíficos Antoine Lutz y Richard Davidson,

han sido publicados en la revista Proceedings of the

National Academy of Sciences.

Hasta ahora fenómenos como la paz interior y la

serenidad adquiridos a través de la meditación se

interpretaban recurriendo a fuerzas metafísicas. Hoy,

gracias a este estudio, los efectos de estas prácticas

se han traducido al lenguaje científico

Para saber qué es la neurociencia: Sociedad española

de neurociencia

Budismo y neurociencia

Artículo de Jesús García Herrera para Acento

La colaboración entre Budistas y neurocientíficos ha

producido la información más reciente, hasta la fecha,

en el estudio de las emociones. Los Budistas fomentan

la meditación de los estados mentales virtuosos que se

dice promueven el bienestar tales como la compasión,

la alegría, la bondad, la benevolencia y la

amabilidad. Este es un abordaje radicalmente diferente

de la sicología occidental, la cual se enfoca

principalmente sobre los estados mentales negativos,

como son el coraje, el miedo, o la depresión. Un

número creciente de psicólogos occidentales están

investigando el potencial del entrenamiento en la

meditación Budista para cambiar el cerebro a estados

emocionales positivos

Leer artículo completo

The Monk in the Lab

Artículo de Tenzin Gyatso (XIV Dalai Lama) para New

York Times

It may seem odd that a religious leader is so involved

with science, but Buddhist teachings stress the

importance of understanding reality, and so we should

pay attention to what scientists have learned about

our world through experimentation and measurement.

Similarly, Buddhists have a 2,500-year history of

investigating the workings of the mind. Over the

millenniums, many practitioners have carried out what

we might call “experiments” in how to overcome our

tendencies toward destructive emotions.

I have been encouraging scientists to examine advanced

Tibetan spiritual practitioners, to see what benefits

these practices might have for others, outside the

religious context. The goal here is to increase our

understanding of the world of the mind, of

consciousness, and of our emotions.

Leer artículo completo

Actualización: en el primer comentario de este post

está la traducción completa de este artículo del

Dalai. Gracias.

Long-term meditators self-induce high-amplitude gamma

synchrony during mental practice

Por si alguien se siente capacitado para profundizar

seriamente en el tema, enlazo el artículo a cargo de

Antoine Lutz, Lawrence L. Greischar, Nancy B.

Rawlings, Matthieu Ricard y Richard J. Davidson,

publicado en la revista PNAS (Proceedings of the

National Academy of Sciences), a que se hace

referencia en el artículo de El Mundo. Para mí es

demasiado. Leer artículo completo

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COMENTARIOS VARIOS:

Comentarios a “Meditación budista y neurociencia”

Por Anonymous a Ago 29, 2005 | Responder

Traducción del artículo del Dalai Lama “El monje en el

laboratorio”, publicada en El Mundo

A mi entender, existen en la práctica fórmulas para

que todos nosotros, cada uno en la esfera individual,

modifiquemos nuestros impulsos peligrosos, los

impulsos que colectivamente pueden conducir a la

guerra y a la violencia a gran escala. La mejor prueba

que puedo aportar no son sólo mis prácticas

espirituales y el mejor entendimiento de la existencia

humana de acuerdo con la enseñanzas budistas sino,

ahora también, el trabajo de los científicos.

Durante los últimos 15 años, he participado en una

serie de conversaciones con científicos occidentales.

Hemos intercambiado puntos de vista sobre diferentes

temas: desde la física cuántica y la cosmología hasta

la compasión y las emociones destructivas. He llegado

a la conclusión de que, si bien los descubrimientos

científicos permiten un entendimiento más profundo de

cuestiones tales como la cosmología, parece que las

explicaciones budistas -especialmente, en las ciencias

del conocimiento, de la biología y del cerebro- son

capaces, en determinadas ocasiones, de aportar una

nueva forma de contemplar sus propias especialidades a

científicos formados en las técnicas occidentales.

Puede parecer extraño que un líder religioso se

implique hasta tal punto en temas científicos, pero

las enseñanzas budistas insisten en la importancia de

comprender la realidad, y ésa es la razón por la que

deberíamos prestar atención a lo que los científicos

han aprendido acerca de nuestro mundo mediante la

experimentación y la medición.

De manera semejante, los budistas cuentan con una

historia de 2.500 años de antigüedad en la

investigación de los mecanismos de la mente. A lo

largo de milenios, muchos budistas practicantes han

realizado lo que podríamos llamar experimentos sobre

la forma de superar nuestras tendencias hacia las

emociones destructivas.

He animado a muchos científicos a que examinaran las

prácticas espirituales tibetanas más avanzadas para

comprobar los beneficios que dichas prácticas pueden

tener para otras personas fuera del contexto

religioso. El objetivo es mejorar nuestra comprensión

del mundo de la mente, de la conciencia y de nuestras

emociones.

Esa es la razón por la que he visitado el laboratorio

de neurociencias del doctor Richard Davidson en la

Universidad de Wisconsin. Mediante aparatos que

producen imágenes para mostrar lo que ocurre en el

cerebro durante la meditación, el doctor Davidson ha

tenido la oportunidad de investigar los efectos de las

prácticas budistas en el ejercicio de la compasión, la

ecuanimidad o la capacidad de percepción. Durante

siglos, los budistas han estado convencidos de que el

ejercicio de tales prácticas vuelve a las personas más

tranquilas, más felices y más amables. Al mismo

tiempo, las personas son cada vez menos propensas a

las emociones destructivas.

Según el doctor Davidson, contamos en la actualidad

con conocimientos científicos que permiten sostener

tales convicciones. Davidson me ha dicho que la

aparición de emociones positivas puede deberse a que

la meditación trascendental refuerza los circuitos

neurológicos que aportan serenidad a una parte del

cerebro que actúa como disparadero del miedo y la

cólera, lo cual sugiere la posibilidad de que

dispongamos de una fórmula con la que crear una

especie de amortiguador entre los violentos impulsos

del cerebro y nuestros actos.

Ya se han llevado a cabo algunos experimentos que

demuestran que los practicantes de las técnicas

budistas son capaces de alcanzar un estado de paz

interior, incluso cuando tienen que hacer frente a

circunstancias extremadamente perturbadoras. El doctor

Paul Ekman, de la Universidad de California, me ha

asegurado que ruidos de lo más horrísono -tan fuertes

como el de un disparo, por ejemplo- no conseguían

alterar el ánimo del monje budista que se sometió a su

estudio. El doctor Ekman afirmó que nunca había visto

a nadie más que permaneciera tan tranquilo en

presencia de tan grave perturbación.

Otro monje, abad de uno de nuestros monasterios en la

India, se sometió a un experimento del doctor Davidson

que medía sus ondas cerebrales mediante

encefalogramas. Según el doctor Davidson, el abad

registró un volumen de actividad en las áreas del

cerebro que se asocian con emociones positivas que

nunca antes apreció en ningún otro paciente.

Por supuesto, los beneficios de tales prácticas no se

limitan sólo a los monjes que pasan meses y meses

seguidos de meditación en retiro. El doctor Davidson

me comentó sus investigaciones con personas que

trabajaban en ocupaciones generadoras de un alto grado

de tensión. A estas personas, que no eran budistas, se

les enseñó capacidad de percepción, un estado de

alerta en el que la mente no se queda atrapada en

pensamientos y sensaciones sino que permite su ir y

venir, como si estuviera viendo el lento discurrir de

un río. Ocho semanas después, el doctor Davidson se

encontró con que las partes del cerebro de estas

personas que contribuyen a la formación de las

emociones positivas se habían vuelto mucho más

activas.

Las conclusiones de estas investigaciones son

meridianamente claras: el mundo necesita en la

actualidad ciudadanos y dirigentes capaces de trabajar

en la línea de garantizar la estabilidad y de

comprometerse a dialogar con el enemigo, con

independencia del tipo de agresión o de ataque que

puedan haber sufrido.

Merece la pena llamar la atención sobre el hecho de

que estos métodos no sólo resultan útiles sino que

además son baratos.No hacen falta fármacos ni

inyecciones. No hay que hacerse budista ni adoptar

ninguna fe religiosa en particular. Todo el mundo

tiene la posibilidad de llevar una vida pacífica y con

sentido.Cada uno en la medida de nuestras fuerzas,

debemos tantear la posibilidad de convertir esa vida

en realidad.

Yo me esfuerzo por llevar a la práctica estos métodos

en mi vida diaria. Cuando oigo noticias desagradables

-especialmente, los trágicos relatos que suelo oír de

labios de mis compatriotas tibetanos- mi respuesta es,

naturalmente, la tristeza. Sin embargo, al situarla en

mi contexto, resulta que puedo asimilarla

razonablemente bien. Además, los inútiles sentimientos

de cólera, que no sirven más que para envenenar la

mente y amargar el corazón, raramente surgen, ni

siquiera a resultas de las peores noticias.

Por el contrario, la reflexión demuestra que la mayor

parte de nuestro sufrimiento no nos lo producen causas

exteriores, sino fenómenos internos como el

surgimiento de emociones perturbadoras.El mejor

antídoto contra estas perturbaciones resulta ser el

reforzamiento de nuestra capacidad para controlar

dichas emociones.

Si la Humanidad va a sobrevivir, la felicidad y el

equilibrio interior resultan cruciales. De no ser así,

lo más probable será que las vidas de nuestros hijos y

de sus hijos sean desdichadas, desesperadas y breves.

El desarrollo material contribuye, sin duda alguna, a

la felicidad (hasta cierto punto) y a un confortable

nivel de vida. Sin embargo, el desarrollo material no

es suficiente.Para alcanzar un nivel más profundo de

felicidad nosotros no podemos prescindir de nuestro

desarrollo interior.

La calamidad del 11 de Septiembre de 2001 fue la

prueba evidente de que la tecnología moderna y la

inteligencia humana pueden llevar a una destrucción

inconmensurable si las guía el odio.

Unos actos tan terribles constituyen un síntoma

violento de un estado de aflicción mental. Para dar

una respuesta prudente y eficaz, es preciso que nos

dejemos guiar por un estado mental más saludable, no

sólo con el propósito de evitar que se aviven las

llamas del odio sino para responder con mayor acierto.

Haríamos bien en tener presente que también en este

frente interior puede librarse la guerra contra el

odio y el terror.

Por TEMIALTE a Ago 29, 2005 | Responder

Me ha encantado tu página. Gracias por tomarte la

molestia de traducir e incorporar los artículos. Me

gustaría que, si sabes, me recomendaras un libro sobre

sistemas de meditación dirigidos a lograr los estados

de emoción positiva sostenida de los que tratan los

estudios de Davidson y, en general, tu página.

Gracias de nuevo

Por el brujo don carlos a Ago 29, 2005 | Responder

Gracias por tus comentarios, Temialte.

No me atrevería a recomendar ningún libro, pero aquí

queda tu pregunta, por si algún lector de este weblog

quiere hacer alguna recomendación.

Un saludo

Por anonymous a Ago 29, 2005 | Responder

EXISTE DENTRO DE LA MEDITACIÓN VIPASSANA UNA TÉCNICA

CONOCIDA COMO METTA-BHAVHANA, CUYO OBJETIVO ES LA

CREACIÓN DE UN 4STADO DE CONCIENCIA COMPASIVO.

SE LA DETALLA EN EL LIBRO DE WILLIAM HARDT “VIPASSANA”

(ED, EDAF).

SIN EMBARGO ESTE TIPO DE TÉCNICA ES PRACTICADA DE UNA

FORMA U OTRA POR LAS DIVERSAS ESCUELAS DE MEDITACIÓN

BUDISTA.

CUALQUIERA TE PUEDE SER ÚTIL.

SUERTE.

Por Delia a Ago 5, 2006 | Responder

Me pareció excelente el artículo. Practico la

meditación Vipassana, aunque estoy muy en los

comienzos y lo que he visto en gente que está mucho

más avanzada que yo es que los cambios a nivel

emocional y mental

son acentuados.

Por ana chia de brou a Ago 21, 2007 | Responder

holame encanto leer sobre los efectos de la meditacion

budista ,hace tiempo que tengo recortes sobre este

tema y sigo investigando mas datos sobre los

experimentos realizados en algunas universidades

norteamericanas,los investigadores en

neurociencias,leo gracias a internet este articulo de

ustedes.saludos y gracias por todo ana

Por María Aguilar Ruiz a Ene 26, 2008 | Responder

Me interesa la filosofía budista.

Ley Causa-Efecto: Nuestras experiencias presente, son

el resultado de nuestras acciones pasadas y la causa

de esperiencias futuras.

Leo todo lo que está a mi alcance, sobre todo de la

colección Dharma (doctrina de Buda),libros de Osho,

etc.

Que todos los seres disfruten de bienestar mental y

físico y que se establezca la Paz entre las personas

por toda la extensión del planeta.

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